En aquellos días los ataques y acusaciones (sin mucho fundamento) contra la popular aplicación china pusieron a su empresa parental, ByteDance en una situación extrema donde tuvieron que vender las operaciones de su plataforma en Estados Unidos.
El curioso beneficiado de este embrollo fue el tipo de Oracle que casualmente es un amigo muy cercano a Donald Trump.
Tal situación detonó muchas reacciones, pero parece que la campaña electoral del Presidente vino a frenar toda la maquinaria.
Constantemente estamos haciendo frente a nuevas solicitudes y no vemos ninguna posibilidad de que nuestras soluciones propuestas sean aceptadas, por lo que solicitamos una prórroga de 30 días como lo permite el decreto del 14 de agosto.
Han pasado casi dos meses desde que el presidente dio su visto bueno preliminar a nuestra propuesta (…). Hemos brindado soluciones detalladas para concretar el acuerdo, pero no hemos recibido ninguna respuesta sustancial sobre nuestro proyecto en términos de seguridad y protección de datos personales.
No tenemos más remedio que presentar una demanda para defender nuestros derechos y los de más de 1,500 empleados en Estados Unidos.
En otras palabras, TikTok y ByteDance fueron a los tribunales a pedir un plazo adicional de un mes porque las autoridades del comité jamás respondieron. Como si estuvieran ocupados en otras prioridades.
Está el asunto de la supuesta «seguridad nacional», pero hasta la fecha la administración de Trump no ha presentado pruebas de los problemas que integra la app en ese aspecto.